René es un Lilium Speciosum que vive en mi habitación. Duerme a mi lado
y no necesita de cuidados específicos para ir viviendo porque nació muerta
y, por lo tanto, no podría morir por deshidratación o por exceso de riego.
Aunque su mayor deseo sea ese; morir.
Morir por culpa de algún descuido mío, ya que esto implicaría haber tenido
una vida. Una vida plena, lógica y natural. Una vida real. Como la nuestra.
Como la mía a su lado.
Sin semillas en la tierra que necesiten unas óptimas condiciones para
empezar una nueva vida. Ni un proceso de germinación en el que la raíz
sustente a René de los nutrientes necesarios.
No, nada de eso.
Un Lilium Speciosum con las flores ya formadas y sin una transformación
física aparente capaz de alterar muchas otras cosas.