GYF en “Encontexto” y “The Folio Club”

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A lo largo de estos meses hemos participado en diferentes charlas, encuentros y conferencias. Generalmente aprovechamos este tipo de oportunidades para presentar GYF, pero también  para ir aportando nuevas referencias, apoyos bibliográficos, filmográficos o webgráficos. Es decir, no solo contamos lo que estamos haciendo, sino que también intentamos construir una red de fuentes para todas aquellas que queráis consultarlas y utilizarlas. Además, estos foros nos permiten ponernos en contacto directo con un montón de personas que nos transmiten su impresión, sus dudas y el “qué le falta y qué le sobra” a GYF. En muchas ocasiones lo más interesante se produce en esos “ruegos y preguntas” y hoy vamos a resumir algunas de las cuestiones que se trataron en dos de los encuentros en los que participamos la semana pasada: Encontexto y The Folio Club.

 

La objetivación participante

Ya éramos entusiastas seguidoras de Encontexto desde que comenzó a celebrarse en la Universidad Complutense de Madrid. Estos encuentros fotográficos, que ya van  por su octava edición y actualmente se celebran en La Casa Encendida, han reunido a muchas personas interesadas en la reflexión y la creación fotográfica. En total han pasado por allí 103 conferenciantes (29 mujeres, 74 hombres) y esta es la primera edición en la que encontramos una paridad de ponentes: 7 mujeres y 7 hombres. Si nos fijamos en la sede del otro encuentro, en The Folio Club, coincidimos con una muestra de publicaciones titulada “Libros & fotos: Alter Retrato.” En ella, de 20 propuestas, tan solo 5 eran de mujeres fotógrafas. Parece que GYF ha nacido con una calculadora debajo del brazo: no hay conferencia, clase o exposición en la que no contemos el número de participantes y desagreguemos estos “datos” por categorías de diferente tipo. Fundamentalmente, y por razones obvias, nos fijamos en las dos categorías de género que por el momento trabajamos.

Este tipo de técnicas pseudo-cuantitativas no son las que más nos apasionan. Primero, porque son bastante aburridas y, segundo, porque nada dicen si no hacemos una correcta interpretación de ellas. Precisamente eso es lo que estamos intentando hacer en GYF: una objetivación participante. Recabamos datos, sumamos, restamos, sacamos porcentajes… como un primer paso, tedioso pero necesario, para hacer un salto cualitativo que nos permita responder a las cuestiones que realmente nos interesan: ¿es que hay menos mujeres en la escena fotográfica contemporánea? Y si, tal y como creemos, esto no es verdad ¿por qué las mujeres tienen una menor presencia en estos encuentros o, como veremos, en otras esferas estrechamente relacionadas con la creación fotográfica?

Por el momento hemos comenzado con el vaciado de iniciativas: recopilamos las conferencias fotográficas, eventos, publicaciones, exposiciones… y procedemos a extraer los datos que nos interesan para el objetivo de GYF.  En este sentido fueron especialmente reveladoras las cifras que presentaron en Encontexto Miren Pastor (del Equipo de Comunicación y Coordinación) y Eva Filgueira (del Equipo de Producción Audiovisual). Miren y Eva se encargaron de describir dos de los campos fotográficos que mejor conocen: los fotolibros y el multimedia fotográfico. Además, Olmo González (del Equipo de Comunicación y Coordinación) presentó parte de estos datos en Barcelona, fundamentalemente los relativos a fotolibros, pues eran más apropiados para un espacio dedicado a la impresión de publicaciones. Vamos a deteneros un poco más en ambos formatos.

 

Los fotolibros y el multimedia fotográfico: las dos convocatorias GYF

Como expusimos en Encontexto y en The Folio Club uno de los soportes fotográficos que actualmente goza de mejor salud es el libro o, más concretamente, el fotolibro. Miren se encargó de describir brevemente las características de este formato y de explicar algunas de las bondades que tienen prácticas como la autoedición. Partiendo de “Libro” (un acercamiento a la edición y publicación de fotolibros contemporáneos en España publicado en 2014 por la editorial RM) fuimos conociendo el número de fotolibros realizados por mujeres que se recogen en este y otros volúmenes. “Libro” reseña un total de 191 publicaciones, de las cuales 40 son fotolibros realizados por mujeres (un 20,9%). Algo similar ocurre si miramos recopilaciones de referencia como los diferentes tomos de “The Photobook: A History” de Martin Parr y Garry Badger. En 2004 aparece el primer volumen de esta colección. Entonces se compendian 205 fotolibros, 15 de los cuales fueron realizados por mujeres (un 6,8%). En 2006 aparece el segundo volumen: de 204 fotolibros, podemos encontrar 30 realizados por mujeres (un 14,7%). Otra publicación fundamental para entender la historia del fotolibro es “El fotolibro latinoamericano” de Horacio Fernández que vio la luz en 2011. De los 87 libros que recoge, 19 han sido realizados por fotógrafas (un 21,8%). Y, por último, debemos referirnos al tercer tomo de “The Photobook: A History” publicado hace ahora un año, en 2014. De 237 fotolibros, 34 han sido realizados por mujeres (un 14, 4%).

El multimedia fotográfico es un formato relativamente novedoso si lo comparamos con el fotolibro (que, como vemos, tiene una amplia presencia en la Historia de la Fotografía). Eva Filgueira explicó las características mínimas de un soporte para el que aún no tenemos una definición consensuada. Básicamente consideramos multimedia fotográfico a esa pieza audiovisual que aúna una triada de códigos: la imagen fotográfica, el sonido y, en algunos casos, inserciones textuales. A través de su experiencia personal en el departamento In Motion de Magnum Photos, Eva aportó también algunos datos reveladores: en la actualidad esta agencia cuenta con 84 componentes de los cuales, solo 8 son mujeres. Eva también habló de los proyectos de Media Storm (productora audiovisual y estudio de diseño interactivo que ha realizado algunos de los multimedias más conocidos). De los 37 proyectos con los que cuenta Media Storm, solo 6 han sido realizados por mujeres.

En resumidas cuentas, menos no es más si de fotógrafas hablamos…

Por eso, desde GYF estamos intentando ponernos manos a la obra. Las dos convocatorias que ya podéis descargar en la web van destinadas precisamente a fomentar proyectos realizados por mujeres que puedan ser publicados en uno de estos dos formatos fotográficos. Para que en ningún caso sean un impedimento las cuestiones “técnicas” que se requieren para presentarse a estas convocatorias se llevarán a cabo acciones específicas para fotógrafas, como la impartición de un pequeño taller gratuito, así como un videotutorial, sobre la herramienta Indesign o herramientas para la paginación y exportación de un proyecto fotográfico. Os iremos informando de estas actividades en las redes!
Unas preguntas muy buenas

Entre las preguntas que respondimos al final de la presentación en La Casa Encendida rescatamos aquí dos que nos interesaron especialmente. La primera se refería a nuestra opinión sobre las clasificaciones binaristas de género y, la segunda, sobre nuestra participación en un sistema artístico y mediático que ha fomentado la invisibilidad de las mujeres creadoras.

En otras ocasiones hemos aclarado nuestra oposición a las categorías totalitarias de género, pero siempre agradecemos estas preguntas porque nos dan la oportunidad de aclarar(nos) con mayor precisión. Fundamentalmente consideramos el género una construcción discursiva no esencialista cuya fuerza llega a condicionar los cuerpos físicos. Está ficción teórica (que sea una ficción no quiere decir que no exista, sino que es una construcción conceptual) sirve principalmente para clasificar los cuerpos humanos. Pero, como toda clasificación, tiene enormes limitaciones. En este sentido sostenemos que existen más de dos géneros. Por ese motivo no nos llevamos muy bien con las categorías “mujer” y “hombre”, pero esto no invalida el hecho de que, si bien sabemos que nuestro horizonte teórico se sitúa en los térmicos descritos, igualmente consideramos que nuestro objetivo social está “unos pasos más acá”: al detectar que sistemáticamente existe una menor representación en muchas esferas de unos sujetos determinados, intentamos que aflore esta situación como un primer paso (que hablemos de ello) para, seguidamente, fomentar los trabajos realizados por estos sujetos. Vaya, dar cabida especialmente a los proyectos realizados por fotógrafas. No es la solución a todo el problema, eso está claro, pero creemos que al menos es un paso.

Estas cuestiones son mucho más complejas de entender y de explicar. Necesitan mucho más espacio y desarrollo argumental. En nuestro caso, nosotras seguimos aprendiendo sobre estos temas a la par que desarrollamos GYF. Por eso quizás sea el momento de recomendar la producción teórica de Judith Butler y especialmente libros como “El género en disputa: Feminismo y la subversión de la identidad”. Sólo dos palabras para describir la lectura de este volumen: mucho-ánimo.

Relacionada con esta primera pregunta podemos responder a la segunda. Es cierto que por el momento trabajamos más cerca de entramados teóricos como el que propuso, entre otras profesoras y hace ya bastantes años, Linda Nochlin en su conocidísimo texto “¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres?”. Es decir, primero identificamos que faltan nombres de mujeres fotógrafas y, posteriormente, intentamos solucionar esta situación fomentando en la medida de lo posible el trabajo de las fotógrafas. Pero, más bien, compartimos posiciones como la que sigue: ¿acaso puede la historia del arte (que ha creado y se sostiene sobre estas categorías excluyentes) sobrevivir al feminismo (que atenta directamente contra nociones como la de genio artístico)?… Este es nuestro sustrato teórico y práctico: por el momento trabajamos dentro de estos sistemas de reflexión y creación para, en la medida de lo posible, subvertirlos.

Pasando al encuentro en The Folio Club, podemos destacar algunas cuestiones que surgieron en el debate posterior a la presentación. Por ejemplo, se planteó la cuestión de cuál es nuestra opinión sobre el hecho de crear una plataforma excluyente con el género masculino, si es este tipo de exclusión de género la que precisamente denunciamos. Bien es cierto que en un sistema completamente igualitario, dicha exclusión podría considerarse injusta e innecesaria pero, como otras asistentes se apresuraron a comentar, convivimos con un contexto completamente desequilibrado en cuanto a la equidad, incluso opresivo hacia cualquier género no heteronormativo masculino. Mientras se mantenga este desequilibrio, creemos necesario desarrollar cualquier iniciativa o impulso que pretenda subsanar este tipo de desigualdades. En cualquier caso, es un tema que ya salió en la primera presentación de GYF y que seguramente tendremos que abordar en más de una ocasión.

Entre las sugerencias recibidas hubo algunas muy interesantes. Por ejemplo, se planteó la posibilidad de incorporar a nuestra base de datos de fotógrafas un apartado dedicado a otro tipo de profesionales que guarden relación con la fotografía tales como comisarias, diseñadoras, profesoras, etc. Esta propuesta vino precisamente de la responsable de programación de The Folio Club, quien  nos comentó que para varias convocatorias de su entidad en las que otorgan premios a publicaciones y maquetas suelen tener dificultades para encontrar mujeres y organizar un jurado equilibrado en cuanto al género, es decir, suelen faltarles nombres de mujeres. En la medida de lo posible valoraremos esta opción que nos parece una buena idea e intentaremos integrarla en GYF.

También dentro del encuentro en Barcelona, surgió la idea de promover nodos de encuentro locales, autoorganizados e independientes bajo el “paraguas” de la plataforma Género y Figura. De esta manera se posibilitaría el crecimiento descentralizado del proyecto, potenciando el encuentro y empoderamiento en múltiples lugares a la vez. Tenemos que aclarar en este punto que este primer año hemos adquirido el compromiso con la Universidad Carlos III de Madrid y con Goteo de levantar y sostener esta plataforma, por eso somos un equipo concreto, pero nuestra intención es ampliarlo en la medida de los posible y, si se diera el caso, que otras mujeres pudieran incorporarse a su gestión. Un primer paso podría ser abrir un foro en redes sociales como facebook (o en foros externos como los recién creados por la Revista Píkara) donde se pudieran generar debates, encuentros y conexiones entre mujeres interesadas en GYF.

 

Por último, cerramos este segundo post con una recomendación: el libro “Encuentros en el museo feminista virtual” de Griselda Pollock (Cátedra, 2010) y os dejamos las dos proyecciones que vimos en las presentaciones: el proyecto The Ninth Floor de Jessica Dimmock (uno de los primeros proyectos fotográficos diseñados para un formato fotolibro y que además contó con un multimedia) y la pieza de imágenes resultante de la acción #occupyblue que hicimos hace algún tiempo gracias a la invitación de #ejerciciosvisualesBP.
Y después de todo esto… no olvidéis las convocatorias!