La danza butoh nació en Japón en 1959 con Tatsumi Hijikata y como
reacción a las bombas de Hiroshima y Nagashaki en la Segunda Guerra
Mundial. Buscaban la libertad a través de un “nuevo cuerpo”, una lucha
contra lo instaurado que pedía sacar a la luz lo que anida en el
inconsciente colectivo. Crearon imágenes grotescas, explorando la
transmutación del cuerpo y criaturas sin género entre lo onírico y lo
real. Con este proyecto reflexiono sobre el cuerpo como una expresión
en si mismo, no como un vehículo. Una identidad universal y poética a
partir del cuerpo inconsciente que concibo como un mapa de la
memoria. A través de la objetivación del lenguaje corporal, genero un
espacio de meditación con el espectador acercándole a lo sutil y la
libertad última del ser humano: la vida y la muerte.