Es algo común que al hacernos mayores añoremos la infancia; quizá no
tanto por volver a ser un niño sino por sentirnos completamente felices y
seguros de nuevo, cuando la vida es sencilla, alegre. Este trabajo es una
búsqueda de momentos y sensaciones que se mantienen ocultas en la
memoria hasta que ves el álbum familiar y empiezas a recordar.
Comencé a ojear el álbum para indagar en mis orígenes; pretendía
estudiarme más a mi misma en el pasado para así conocerme
mejor en el presente, ya que la infancia es un periodo importante para el
desarrollo de la personalidad. Me encontré con fotografías
que despertaban en mí el recuerdo de momentos pasados que quedaron
grabados en mi subconsciente por encima de muchos
otros. Recuerdo pequeñas sensaciones como texturas, colores, olores y
otras que no podría explicar con palabras.
Selecciono estas imágenes y las intervengo de forma manual, intentando
recrear esa sensación, haciendo el recuerdo más
vívido, recuperándolo del pasado para traerlo al presente. Esta dualidad de
presente-pasado queda reflejada también mediante
el color: la fotografía se pasa a blanco y negro (pasado) y la intervención se
mantiene en color (presente).